Guinea Ecuatorial: COHERENCIA POLÍTICA

Texto de Juan Tomás Avila laurel

GUINEA ECUATORIAL: COHERENCIA POLÍTICA, SERIEDAD MÍNIMA
Sí, señores, si los líderes de los partidos guineanos UP y CPDS hubieran aceptado formar parte de la comisión les habría faltado el mínimo de seriedad. Y la incoherencia política sería clamorosa. A mediados de marzo un partido político de la oposición convocó a todos los guineanos a las plazas de las ciudades en un acto de protesta. Antes de saber lo que habrían hecho los guineanos, el régimen del general Obiang lo impidió, ocupando policialmente las calles y prohibiendo las manifestaciones tradicionales del Día de la Mujer, evento al que era muy devoto. Sucesivamente, y con el correr del mes, los partidos UP y CPDS pidieron permiso para manifestaciones públicas o reuniones en sus sedes y fueron tajantemente denegadas.

Y otras vez, las tradicionales celebraciones del Día del Trabajo fueron suprimidas, reducidas las mismas a actos ridículos. Razón aparente o real: el régimen no quiere que se vea que pese a que prohibió con severas amenazas la difusión de informaciones sobre las revueltas de los países árabes y de Norteáfrica en Guinea la gente se había informado por su cuenta y pensado hacer una demostración.

En cambio, y sacudido por la evidencia, llamó a los partidos de la oposición y a unos señores que dicen de sí mismos que son líderes de partidos lacayos y prometió unas “reformas” que sólo UP y CPDS, que no eran lacayos, dijeron por sus medios oficiales que eran irrelevantes. No es relevante en Guinea, y sin otro cambio añadido, la creación de un Senado y el acortamiento de los años del mandato del general-presidente del PDGE. Además, nadie se lo había pedido.

Y para que no hubiera dudas de las necesidades reales de los guineanos, UP y CPDS hicieron un comunicado común y lo dejaron claro y alto, esto último según la disponibilidad de las agencias de noticias internacionales, rácanas con Guinea de una manera inexplicable.

El régimen no se dio por aludido, y aún sabiéndose observado por la comunidad internacional, mostró su cara más violenta y represiva y detuvo a varios militantes de CPDS, amenazó a varios de UP, detuvo y acusó a ciudadanos bubis de sentirse tales, torturó en capitales y pueblos pequeños y hasta mató; luego de esta demostración de su capacidad represiva, y con la atenta observación de guineanos en el exilio y también de luchadores por los derechos humanos del extranjero, anunció a los partidos reales y lacayos que iba a reformar la Constitución, y que cada partido escogiera a quien le representara en esta nacional tarea.

Y todos vieron la trampa.

Las voces clamando contra el peligro no se hicieron esperar. Y fue porque nadie había pedido la revisión de la Constitución.

¿Para qué había que revisar una Constitución que no formaba parte de su agenda política?

Coherencia: Si las demandas del comunicado conjunto no fueron satisfechas y ninguna explicación fue dada, no tenía ningún sentido que UP y CPDS se dieran por aludidos en la llamada a la revisión de la Constitución.

No era lo que pedían. Además, nadie lo había pedido, ni siquiera el partido en el poder, que lleva años utilizándola como un trapo manchado de inmundicia, para el dolor y muerte de los guineanos. (Tenemos que felicitar a UP y a CPDS por esta decisión. Sabemos que la presión es muy grande y han dado un paso importante)

Pero hasta que llegue el día, nadie detiene a los briosos detentores del poder en Guinea Ecuatorial, y hoy se ha confeccionado la lista de los elegidos para una tarea autoimpuesta para no asumir otros compromisos más útiles y necesarios para él país.

En ella está la misma gente, los líderes de los partidos lacayos y miembros prominentes del PDGE, y sólo ellos, gente que lleva más de 28 años en el poder y que nunca presentó ninguna queja, ni hablada ni escrita, por las graves violaciones de los derechos humanos que se cometen en sus provincias, ciudades, pueblos.

Entre ellos hay gente que ha seguido una educación formal, que no es garantía de solvencia científica ni moral, y gente que no ha seguido ninguna, pero que ha gozado de los favores del régimen por su apoyo inquebrantable al mismo.

Por esto, y por más, tenemos que lamentar otro tiempo perdido, otro dinero echado a perder en vano, y otra oportunidad para encauzar los destinos nacionales por derroteros mejores. Pero no nos cansaremos. Tenemos testigos. El pastel empresarial guineano se rifa al mejor postor. Las potencias occidentales reavivan las luchas coloniales.

Está presente España, la antigua potencia colonial.

Si son tan celosos cuando se habla en Guinea de otras cosas superficiales, como la lengua oficial, o la de los habitantes en su ir y venir en busca del afianzamiento en la supervivencia, y no se ven representados, no entendemos que no quieran ser mencionados cuando toda Guinea lucha por su libertad. ¿No había más cosas que nos unían que las que nos separaban? ¿No había con el régimen de Obiang un diálogo “franco y directo”? Por el resultado esto no se ve.

Y si no quieren hacer efectivas estas confesiones, les recordamos que la Historia se encargará de anotar en sus páginas los pasos dados en vano, o todos los silencios arrojados sobre el dolor de los guineanos cuando, con excusas variadas, decidieron mirar al otro lado.

 

Barcelona, 12 de mayo de 2011

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