LA MALARIA UNA ENFERMEDAD ERRADICABLE

LA MALARIA UNA ENFERMEDAD ERRADICABLE

Como cada 25 de abril, Día Mundial Contra la Malaria, medicusmundi vuelve a reivindicar la necesidad de que los Gobiernos se comprometan en la lucha contra esta enfermedad… pero no todo vale. Exigimos una estrategia eficaz, que fortaleza el sistema de salud en su conjunto, teniendo siempre en cuenta la cultura y tradiciones locales.

Tras cuatro años de estar inmersos dentro de la campaña internacional Stop Malaria Now! (¡Paremos la Malaria ya!) medicusmundi reflexiona sobre la situación actual de la malaria, una enfermedad erradicable pero que acaba con la vida de alrededor de un millón de personas al año, la mayoría en África Subsahariana.

Y es que, desde un punto de vista médico-científico, tenemos todas las herramientas para poder erradicarla. Existen medidas preventivas eficaces basadas en acabar con el mosquito. Además, hay métodos para protegerse de su picadura, el más eficaz el uso de mosquiteras impregnadas de repelente.

Hay otras medidas más controvertidas, como es el rociado interior de las paredes de las casas con DDT, cuyos posibles efectos nocivos en la salud están siendo cuestionados en la actualidad. Y en el caso de que la persona ya esté afectada por la enfermedad existe un tratamiento a base de terapias combinadas de Artemisa, pero se sigue investigando en la vacuna definitiva cuya utilidad dependerá de factores como: protección, duración, coste…

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015 recuperaron el compromiso de combatir contra esta enfermedad, y desde entonces numerosas iniciativas internacionales han intentado erradicarla. Pero… ¿por qué sigue afectándonos tanto esta enfermedad?

En primer lugar, por la falta de acceso a las medidas más eficaces: el 60% de las personas que habitan en el continente africano no utilizan las mosquiteras impregnadas de insecticida, y solamente el 15% de niños y niñas del África Subsahariana tienen acceso al tratamiento combinado con artemisina.

Esto ocurre entre otras cosas, porque ni la Comunidad Internacional, ni los propios Gobiernos de los países afectados han destinado los recursos comprometidos. Se necesitarían 6.000 millones de dólares cada año para luchar contra ella, sin embargo, en 2009 solamente se destinaron 1.700 millones.

El segundo factor más relevante es que las estrategias de lucha contra la malaria internacionales se han volcado en intentar mejorar exclusivamente el acceso de la población a tratamientos y medidas de prevención específicos, pero sin fortalecer el conjunto del sistema de salud local. El problema es que sin personal sanitario suficiente y capacitado que pueda diagnosticar, sin un canal de distribución de medicamentos eficaz, sin un centro de salud donde se pueda dar la atención… las medidas contra esta enfermedad dejan de ser sostenibles, así que una vez finalizada la ayuda externa, desaparecen los resultados obtenidos.

Por otra parte, a nadie se le ocurriría aquí, en Europa, aceptar ir a un centro de salud y encontrar medicamentos solamente para ciertas enfermedades. En África y otros países empobrecidos se genera una medicina selectiva que dificulta que la población confíe en el sistema de salud, ya que para estas personas supone un gran gasto de tiempo y dinero, sin tener la garantía de un tratamiento eficaz.

Por último, estas iniciativas no han tenido en cuenta los patrones culturales de cada población. Se ha contabilizado el número de mosquiteras distribuidas pero no las que realmente son usadas. En una comunidad pigmea de Camerún, medicusmundi ha comprobado como las mosquiteras eran usadas para pescar, pues la población, si bien conocía la enfermedad, no conocía su mecanismo de transmisión, y muchos de ellos no usaban camas.

A pesar de todos estos factores negativos que entorpecen y retrasan su erradicación, desde medicusmundi estamos convencidos de que es posible acabar con esta enfermedad, pero se necesita un compromiso real y que la estrategia que se utilice sea eficaz, fortalezca el sistema de salud en su conjunto y tenga en cuenta la idiosincrasia local.

 

Autor: Carlos Mediano. Responsable de Investigaciones de medicusmundi.
Más información: www.stomalarianow.org
Prensa@medicusmundi.es y en el teléfono 91 319 58 49 (Isabel Díaz, Comunicación)

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